No es bueno obligar, sino mostrarle los beneficios de la comunicación. Siempre hay que respetar la situación de la persona, valorar el coste de estas situaciones, no sobrecargar a estas personas con la comunicación si para ellos son situaciones complejas. Habría que intentar garantizar situaciones en las que vaya a haber éxito en esta comunicación. Trabajar un entorno agradable, que se sienta a gusto y, a partir de ahí, probar las comunicaciones y ver qué funciona mejor.

Es muy importante respetar el derecho que tienen las personas con autismo a poder relacionarse con los demás. Es el contexto el que se tiene que adaptar para que ellos puedan comunicarse, el esfuerzo debe ser también de las otras personas no únicamente de la persona con TEA.