Mujeres jóvenes, formadas e implicadas

Por octavo año consecutivo, la confederación Salud Mental España publica su Informe de Voluntariado. Su último informe ofrece datos cuantitativos y cualitativos sobre la realidad de las personas voluntarias que participan en las entidades de su movimiento asociativo en relación a 2022. El informe se ha elaborado con la participación de 268 personas procedentes de 15 Comunidades Autónomas diferentes.

El perfil de la persona voluntaria responde al de una mujer joven, de entre 18 y 29 años, con estudios universitarios. Los datos de este informe revelan que:

• En su red asociativa se mantiene un voluntariado feminizado: el 65% de las personas voluntarias son mujeres, frente a un 34% de hombres.
• Ha disminuido el volumen de personas voluntarias de 18 a 29 años (representan el 20% del total encuestado), y ha aumentado el del rango de 50 a 59 años (24%).
• Las mujeres voluntarias suelen ser más jóvenes que los hombres voluntarios: las mujeres suelen tener entre 18 y 29 años, mientras que los hombres en general tienen una edad comprendida entre los 50 y 59 años.
• Hay una ligera tendencia a la baja en la participación de personas con estudios universitarios y todas las personas encuestadas tenían algún tipo de estudios.
• Ha aumentado el número de personas voluntarias que tienen un empleo por cuenta ajena, siendo un 36%, ha disminuido el de personas jubiladas, siendo un 25%, y hay un 25% de personas desempleadas.
• Son más numerosas las mujeres empleadas y estudiantes, mientras que los hombres suelen estar jubilados.

¿Cómo se llega al voluntariado?

Las personas llegan a hacerse voluntarias a través de una persona conocida (23%), porque tienen experiencia propia en salud mental (23%), o son familiares de una (22%). También hay personas que lo hacen desde el ámbito sociosanitario, estudiantes o profesionales (22%).

Entre los principales motivos para ser voluntarias que refieren las personas encuestadas, está el conocer a una persona con problemas de salud mental en el entorno cercano, al aprendizaje (tanto a nivel personal como profesional), querer ayudar, o la reivindicación de los derechos para este colectivo, entre otras.

Las personas voluntarias del movimiento asociativo de Salud Mental España participan en su mayoría (77%) en actividades y programas dirigidos a las personas con problemas de salud mental (actividades de ocio y tiempo libre, de sensibilización o formación). También participan en dar apoyo a profesionales de las entidades, acciones de sensibilización u otras dirigidas a las familias.

Según el informe, parece haber un efecto de renovación de la masa de personas voluntarias en las entidades (el volumen de personas que llevan menos de 6 meses realizando actividades de voluntariado ha pasado del 18% en 2021 a un 28% en 2022), posiblemente a campañas de captación más eficaces. Así mismo, hay un 24% de las personas voluntarias lo han sido durante más de 5 años.

Es importante señalar que estas personas están muy satisfechas con su participación como voluntarias y el 99% de ellas lo recomendarían (o lo han recomendado ya) a otras personas.

Con todo, las personas encuestadas también han puesto de manifiesto aquellos aspectos del voluntariado que se deberían mejorar, como pueden ser la mejor planificación de las actividades, más supervisión y formación, más recursos y poder participar en la toma de decisiones de la entidad. Salud Mental España refleja en su informe una serie de buenas prácticas para acompañar el voluntariado en su tarea. Entre ellas:

• Elaborar un contrato de voluntario que recoja el compromiso, derechos y deberes de ambas partes, las funciones y frecuencia del voluntariado, etc.
• La persona voluntaria deberá ser formada por parte de la entidad en materia de salud mental y lucha contra el estigma, entre otras materias, y tendrá a alguien de referencia que le atienda en la acogida y le acompañe en su desempeño como voluntaria.
• Es fundamental que la persona comparta principios como el respeto, la igualdad, la inclusión, la solidaridad, la empatía y la promoción de los derechos de las personas con problemas de salud mental.
• El voluntariado debe realizarse en entornos seguros, donde puedan manifestar sus necesidades, expectativas y dudas y puedan ser resueltas por el equipo de profesionales.
• Se debe reconocer el valor del voluntariado (en acciones formales e informales) y garantizar su continuidad en la entidad. Las acciones de voluntariado compartidas con otras entidades del territorio benefician, en este sentido, tanto a las personas voluntarias como a las beneficiarias de las actividades.
• Las campañas de difusión, divulgación e incidencia política son muy importantes para la captación de nuevas personas voluntarias, así como para su fidelización.

En cuanto a las personas con experiencia propia, el informe incide en la importancia de que éstas puedan participar de forma activa en los programas de voluntariado.

• Participando y haciendo una buena acogida de las personas voluntarias, potenciando la empatía y las habilidades sociales, con un trato cercano y abierto.
• Recibir formación adecuada para participar en otros programas, desarrollar acciones de difusión y divulgación, e incluso de formación de voluntariado. Son las personas más adecuadas para formar a las voluntarias en aspectos de salud mental, con el apoyo que puedan necesitar por parte del equipo profesional.
• Participando en la creación de los espacios seguros antes mencionados, y colaborar de forma continua con los equipos profesionales y las personas voluntarias.