El trastorno del espectro del autismo se manifiesta ya durante los tres primeros años de vida. La detección precoz es clave para poder iniciar una intervención de atención especializada lo antes posible, que permitirá favorecer el desarrollo del niño o niña y mejorar su calidad de vida. 

Algunas señales tempranas de alerta son:

• Antes de los 12 meses: escaso contacto ocular y falta de interés en juegos interactivos simples.
• A los 12 meses: ausencia de balbuceo y de gestos para comunicarse, como señalar o decir adiós con la mano.
• Entre los 12 y los 18 meses: no responde al nombre, no señala para pedir algo y responde de manera inusual ante determinados estímulos auditivos.
• A los 18 meses: no dice palabras sencillas.
• Entre los 18 y los 24 meses: retraso en el desarrollo del lenguaje, juego repetitivo (alinear objetos, abrir y cerrar puertas…), escasa imitación de gestos y acciones, falta de juego funcional o simbólico, escaso interés en relacionarse con iguales.
• A los 24 meses: no dice frases de dos o más palabras de forma espontánea.